Esto pasa hoy a un par de kilómetros de nuestras casas, Esas infancias robadas dejan sus huellas en los alimentos que hoy comemos. En las quintas, este sistema de producción aberrante no solo roba su inocencia sino que pone en peligro su vida, por la manipulación constante con venenos, también llamados agrotóxicos.
No solo pasa en batan y sierra de los padres, también pasa en el puerto de nuestra ciudad, en la construcción. No solo pasa en Mar del Plata, pasa en todo el país. La mita y el yanaconazgo no se erradicaron solo cambiaron de forma pero se sigue tratando gente para explotarla en industrias que generan grandes plusvalías a costa de la vulnerabilidad de los más necesitados. Y el hecho de que trabaje toda la familia para poder comer no es una cuestión propia de culturas con fuerte lazos aborígenes como quiso argumentar en su momento el Delegado de Sierra de los Padres en nuestra ciudad, Juan Carlos García porque lo recaudado por ese sudor se lo llevan otros.
No queremos otro Ezequiel Ferreyra cuya muerte además quedo impune.