Silvina Elías, de La Alameda Mar del Plata, prestó declaración testimonial ante el Tribunal Oral Criminal N°1 por un asesinato ocurrido en el predio final de disposición de residuos. El hecho es de junio del 2012 y fue caratulado como “homicidio simple”.
A más de un año del asesinato de Johnatan Fichera (19), comenzó hoy el juicio oral y público en el Tribunal Oral Criminal N°1, compuesto por los jueces Juan Facundo Gómez Urso, Pablo Javier Viñas y Aldo Daniel Carnevale. Marcelo Daniel Ufanti, un joven de 20 años oriundo de Tandil, trabajaba en el basural local y es el presunto autor del hecho: se lo acusa de haber asesinado de cinco cuchillazos a Fichera. El imputado trabajaba desde los 11 años en el basural ubicado en Av. Antártida Argentina y la 57.
Por la Alameda, Elías fue citada para testimoniar sobre las condiciones de trabajo y de vida en el basural local. Su declaración hizo hincapié en la grave situación de trabajo infantil en el predio de disposición final de residuos, pues actualmente hay un centenar de menores trabajando a diario en un predio del Estado. Además, recalcó la situación de riesgo permanente que viven los menores, tanto los vinculados al trabajo, los accidentes laborales, como por el consumo corriente de todo tipo de drogas que les venden “transas” que ingresan al predio con complicidad de los efectivos policiales. Son varios los menores que están armados con cuchillos y frecuentes las peleas entre ellos o con mayores. “Un hecho como el que se está juzgando hoy puede volver a ocurrir en cualquier comento”, alertó.
También, prestaron declaración los testigos Eduardo Canteros (31), quién trabajó en el basural desde los 17 años, y la Hermana Marta (Garaycochea), del Centro Comunitario Integral Nuestra Señora de Luján, ubicado en el barrio Las Heras de esta ciudad. Por su parte, Eduardo Canteros trató de reconstruir el contexto y contó la situación en la que él vivía cuando trabajaba en el viejo basural: “Trabajar en el predio es muy peligroso, la gente vive en un estado en el que no se conocen ni a ellos mismos. Gracias al alcohol y las pastillas vencidas de Rivotril y anticonceptivos que frecuentemente tiran los camiones sin ningún cuidado, todos consumen estas sustancias con total naturalidad”, explicó Canteros. En cuanto a la asistencia social, aclaró que hay asistentes que van al predio, piden algunos datos y prometen pensiones y ayudas pero nunca cumplen.
Para finalizar, la hermana Marta Garaycochea relató la historia de vida de Fichera a quien conocía desde muy pequeño y a su familia. También, agregó que todas las personas que están en el predio son víctimas y deben ser asistidas.